Los números son dramáticos. Los incendios -algo recurrente para esta época del año- han alcanzado niveles nunca vividos: 24 personas han perdido la vida, varios de ellos, bomberos, que se transformaron en héroes, 1.588 casas destruidas, 5.500.000 hectáreas arrasadas por el fuego y 500 millones de animales muertos.